Suscribirse por RSSTratamientos para las várices, la importancia de una dieta sana
Si bien las várices aparecen por diversas razones, en la mayor parte de los casos responden a cuestiones circulatorias. En ese sentido, es fundamental mantener una dieta equilibrada y saludable pues sólo así nuestro cuerpo podrá eliminar las toxinas y se evitará el sobrepeso. De esta forma, se reducirá la aparición de estas venas hinchadas que tanto molestan a nivel estético.
Las toxinas tienen relación directa con la aparición de várices y algo similar sucede con la ingesta de líquido. Es por eso que es muy importante tomar una gran cantidad de agua al día dado que la misma ayuda a eliminar las toxinas al tiempo que evita la constipación.
Para lograr una buena circulación sanguínea también se recomienda evitar el consumo de sal dado que este produce retiene los líquidos del cuerpo. Si bien no es necesario eliminar la sal de nuestra dieta sí se recomienda reducir su consumo, añadiendo muy poca sal a las comidas y acostumbrando nuestro paladar al nuevo sabor.
Al igual que sucede con las dietas para bajar de peso, una nutrición sana debe ser rica en minerales y proteínas y baja en carbohidratos. Es decir que se deben consumir muchos vegetales y cereales, evitando las galletas, los snacks y aquéllos productos con muchos carbohidratos y grasas saturadas. Las proteínas deben estar presentes a través de las carnes aunque su consumo debe estar controlado.
Esta es la base de una dieta sana para así ayudar al cuerpo en su proceso natural. Y, por supuesto, el ejercicio es un gran complemento para optimizar aún más este proceso ligado tanto a la estética como a la salud. Eso sí, hay que realizar un tipo de actividad física que resulte favorable para aliviar las várices. El deporte ideal es aquel que ayuda a reactivar la circulación, una actividad que obligue a trabajar los músculos para que éstos muevan la sangre. ¿Algunos ejemplos? La natación, la bicicleta o las caminatas. También el yoga, la gimnasia rítmica. Se aconseja evitar los deportes de alto impacto que impongan saltos y movimientos bruscos como el tenis, el voley o el baloncesto. Los deportes con alto contacto como el rugby pueden producir la rotura de las venas y su hemorragia.
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